La “Lluvia o tormenta de ideas” es una técnica sencilla y efectiva para aprovechar la espontaneidad, motivación y creatividad de un grupo de personas durante una sesión de trabajo en equipo. El objetivo principal es generar una gran cantidad de ideas y soluciones sin críticas, restricciones ni juicios inmediatos, lo que permite que las personas se sientan cómodas y puedan proponer ideas innovadoras sin condicionamientos previos.
La persona facilitadora invita a los participantes a compartir sus primeras aportaciones sobre el tema en cuestión, anotando todas las ideas en una pizarra o en post-its. Se busca la participación activa de cada miembro del equipo, considerando cada idea como válida más allá de su aparente viabilidad o locura. La técnica se lleva a cabo sin debates o discusiones durante su desarrollo.
Una vez finalizada la tormenta de ideas, se recomienda recapitular y organizar las ideas, entrando en una fase de mayor deliberación para determinar cuáles podrían tener mayor aceptación o ser más prometedoras.
Se trata de un método muy popular y de ejecución sencilla siempre que tengamos claras las condiciones de posibilidad del mismo:
- Se suspende el juicio racional. No se realizan juicios críticos.
- Se busca la cantidad y la creatividad, más allá de la calidad.
- Se anima a los participantes a pensar libremente y a expresarse como mejor consideren.
- Las ideas de unos pueden alimentar las de los otros, promoviendo su combinación o mejora.
La lluvia de ideas es una técnica con un enorme potencial para iniciar los procesos creativos, tanto por su sencillez como por su gran popularidad entre la mayor parte de personas, que en un momento u otro de su vida han participado en una dinámica de este tipo.