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Fase 2: Definir el problema

La fase «Definir» en la metodología Design Thinking es esencial para sintetizar los resultados de la fase centrada en la empatía en necesidades bien definidas que sirvan como motor para el proceso creativo posterior. Su objetivo principal es establecer un reto específico y significativo que guíe el enfoque del proceso de diseño. Partiendo de un profundo conocimiento de los usuarios, se formula un problema que se centra en usuarios concretos y en sus percepciones y necesidades descubiertas previamente. Comprender claramente el reto significativo que se debe abordar y aprovechar el conocimiento obtenido es crucial para crear una solución exitosa.

«Definir» es fundamental porque es el modo de formular explícitamente el problema que se intenta resolver, proporcionando una orientación clara para la generación de ideas y soluciones. 

Una buena definición es aquella que permite:

  1. Proporcionar enfoque y enmarcar el problema.
  2. Inspirar al equipo de diseño.
  3. Servir como referencia para evaluar ideas que surjan.
  4. Capacitar al equipo para tomar decisiones.
  5. Estimular la generación de ideas al orientar el proceso creativo en torno a las necesidades.
  6. Evitar el desarrollo de conceptos vagos que pretenden resolverlo todo para todos, pero que al final no son efectivas para problemas concretos..
  7. Estar abierto a revisiones constantes conforme avance el trabajo.
  8. Orientar, en general, los esfuerzos de innovación.

En esta etapa podemos seguir los siguientes pasos:

  1. Revisar y analizar la información recopilada: El equipo comienza por revisar detalladamente toda la información obtenida durante la fase de empatía. Esto incluye datos, observaciones, entrevistas y cualquier otra fuente de información relevante. El objetivo es identificar patrones, elementos que generan malestar en los usuarios y oportunidades emergentes.
  2. Establecer una definición clara del problema: A partir del análisis de la información, el equipo formula una declaración clara y precisa que describa el problema a resolver. Se redacta en un formato que enfatice las necesidades del usuario, evitando soluciones preconcebidas.
  3. Refinar el enfoque: Durante esta etapa, es fundamental evitar la definición de problemas demasiado amplios o vagos, ya que podrían conducir a soluciones poco útiles. 
  4. Definir el enunciado del reto: Después del procesos de generación y selección de ideas, el equipo revisa el enunciado del reto, que resume de manera concisa el problema a resolver y establece el objetivo que se persigue alcanzar.
  5. Comunicar la definición del problema: Es fundamental que todo el equipo, así como las partes interesadas, estén alineados y comprendan claramente el enunciado del reto con el fin de que todos trabajen hacia el mismo objetivo.
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